
Pablito Sanz
Justo un año después Alfonso vuelve a encontrar a Pablito y continúa la narración de cómo se llegó al actual sello de Pablito Sanz "El de las varas".
Nota de Alfonso Biescas: 14.03.01. Azqueta.
Llegando a Azqueta vemos a Pablito trabajando en un campo. Le saludo y le pregunto por su salud, ya que me habían dicho que había estado muy enfermo, incluso algunos afirmaban que había muerto. Nos invita a un café. Le seguimos Derren y yo. Como no me recuerda le comento que el año pasado por las mismas fechas, me invitó como ahora a pasar a su casa. Estuvimos hablando sobre el cuadro del Ejercito Carlista que tiene en la pared con un especialista en el tema, el cual me estampó en el cuaderno de viaje el sello del Cura de Santa Cruz, pieza curiosísima. Mientras piensa, le digo que soy quien le ha diseñado, hecho y mandado un sello. Y entonces me echa una amable bronca. Dice que no lo puede usar pues pone Pablo cuando él es Pablito. Me defiendo diciendo que no lo entendí bien y prometo enmendar el error. Y consigo, que como excepción, me
ponga el sello que le envié. Nos despedimos, pues algún día volveré a pasar, aunque el próximo año intentaré de nuevo la Vía de la Plata. Antes de salir nos regala unas conchas ya que preferimos el bastón telescópico que ambos llevamos, a sus afamadas varas de avellano. Es difícil irte de su casa sin un detalle de su gentileza.
He de reconocer mi pecado pues nunca le mandé a Pablito la rectificación. Pero como podemos observar en el primer sello, alguien se lo retocó a su gusto. La imagen que usé para el sello es una antigua estela vasca ya que en su casa tiene una que retiró del antiguo Camino.