
Iglesia Monasterio de Santa María
La trayectoria de este monasterio de benedictinas se consolidó a fines del siglo X con la donación de un importante patrimonio por parte del rey de Navarra, en cuyo dominio estaba enclavado. En el siglo XI se produjeron dos hechos que acrecentaron su importancia institucional. Por un lado, la conversión del condado de Aragón, al que pertenecía el reino y, por otro, la estrecha vinculación con la joven monarquía aragonesa. La comunidad de monjas se trasladó a Jaca en 1555 y se estableció en la antigua iglesia de San Ginés, en donde se erigió un nuevo monasterio. En el siglo XVII se procedió a trasladar el magnífico sepulcro de la infanta Sancha, ya que la iglesia románica de la Serós se encontraba parcialmente abandonada.