
Albergue Santa Clara
La historia personal de Rosa María y su marido no hace al caso. Es por muchos conocida y sumamente emotiva. El caso es que aquí tenemos un ejemplo de superación y entrega al Camino de una peregrina catalana que abre su corazón y las puertas de su casa a quien quiere entrar en ella. Abre todo el año y cierra en agosto (por algo será). Una de sus grandes contribuciones a la ruta jacobea es permitirnos comprobar la ligereza con la que algunos opinan de lo que no tienen ni idea y me refiero obviamente a los juicios a su albergue que son mayoritariamente positivos, pero todavía hay alguno que se atreve a cuestionar a una de las peregrinas más entregadas al Camino.